En los últimos años ha quedado claro que
el peso es un problema de salud importante. Algunas personas que necesitan
bajar de peso para mejorar su organismo no lo reconocen, mientras que otros que
no necesitan adelgazar intentan conseguir un cuerpo más delgado por razones
estéticas.
El peso puede afectar a la autoestima de
una persona. El exceso de peso es algo muy visible y evoca, de forma injusta,
reacciones de gran alcance de otras personas y de las personas que poseen
exceso de peso.
Sin embargo, la cantidad de peso que se
necesita para mejorar la salud por regla general es mucho menos de lo que se
desea perder. La investigación ha demostrado que nuestra salud se puede mejorar
en gran medida con una pérdida del 5-10 % del peso inicial, lo que no significa
que haya que parar ahí, pero es un buen comienzo plantearse ese objetivo a
corto-medio plazo.
Para garantizar la pérdida de peso y el
mantenimiento del mismo a lo largo del tiempo recomiendo aplicar las siguientes
estrategias:
Establecer
las metas correctas
Establecer las metas adecuadas es un
importante primer paso. La mayoría de las personas que intentan perder peso se
centran solamente en un objetivo: adelgazar. Sin embargo, es más efectivo
centrarse en los cambios dietéticos y de actividad física. De esta forma,
iremos mejorando la salud y la pérdida de peso se producirá como consecuencia
de estos cambios, pero nunca será el objetivo inicial.
Para que un objetivo sea útil debe ser
específico, alcanzable y que permita un margen de error. Por ejemplo,
plantearse como objetivo “Hacer más ejercicio” es una gran meta, pero no es
específico. “Caminar 10 km cada día” es específico y cuantificable pero a lo
mejor no es factible si estamos comenzando. Podemos plantearnos el objetivo de
“Caminar 1 hora todos los días” pero, ¿y si un día llueve? ¿y si no nos da
tiempo a salir del trabajo a tiempo para cumplir el objetivo?. Para evitar
imprevistos es recomendable establecer la periodicidad con la que vamos a
realizar el objetivo: “Caminar 1 hora, 5 días a la semana” es una premisa
específica, factible y que da margen de error, por lo que es más probable que
cumplamos dicho objetivo.
El éxito atrae el éxito
Los pequeños cambios en los hábitos son
los que realmente obtienen beneficios ya que un pequeño cambio es fácilmente
implantable, no altera demasiado nuestra rutina diaria y, una vez que se
consigue, refuerza nuestra autoestima para seguir progresando en los objetivos
establecidos.
Éxito
– recompensa
Es muy recomendable premiarse tras el
cumplimiento de un objetivo. En nuestra sociedad estamos muy centrados en
castigarnos y autoflagelarnos cada vez que nos equivocamos pero, ¿por qué no
nos premiamos cuando conseguimos algo? De esta forma estamos reforzando
nuestras conductas y aumentando las ganas de continuar mejorando.
Las recompensas a elegir nunca deben ser
alimentarias (faltaría más), pero sí pueden ser materiales (como una película,
un CD de música, ropa nueva, etc.) o centradas en experiencias (más tiempo con
la familia, excursiones, viajes, tardes libres en el trabajo…).
Pequeñas recompensas de forma frecuente,
obtenidas por alcanzar metas pequeñas son más eficaces que los grandes premios,
ya que éstos requieren un esfuerzo mayor durante un período de tiempo más
largo.
Monitoriza
tus progresos

Lógicamente, estas tablas y gráficas
nunca van a cambiar de un día a otro pero sirven para cuantificar de alguna
forma las mejoras físicas de nuestro organismo. Importante destacar que el peso de hoy no es una verdadera medida de lo bien que se siguió el programa de ayer,
ya que el peso del agua corporal cambia cada día (incluso dentro del mismo día)
y los cambios de agua son a menudo el resultado de cosas que no tienen nada que
ver con los esfuerzos de control del peso.
Anticípate
al desastre
Si tu caso es que comes en exceso delante
de la televisión o del ordenador, habrá que intentar no exponerse a esas
situaciones o, en el caso de exposición intentar prevenir el atracón
alimentario (comiendo chicle, permaneciendo ocupado, no comer nada mientras
realizas estas actividades…). Necesitamos definir qué situaciones nos llevan a
no cumplir nuestros objetivos y anticiparnos a las mismas.
Escucha
a tu organismo
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