sábado, 26 de junio de 2010

Leer para creer... ¿Alquimia en la cocina?

Esta mañana, hojeando el libro Alquimia en la cocina de la "experta" en alimentación energética, Montse Bradford he leido una serie de lindezas que se han merecido una entrada en el blog.



Esta "experta" informa en su libro de que ciertos alimentos enfrían el cuerpo, por lo que pueden resultar inconvenientes para quienes sienten frío en general, tienen malas digestiones o enfriamientos e infecciones frecuentes. Para combatir estos males recomienda desechar de nuestras neveras alimentos como el alcohol (totalmente de acuerdo con ella, aunque creo que es lo único), las especias (¿?), las frutas tropicales (porque refrescan mucho, de ahí su crecimiento en países tropicales), la leche y los derivados (porque su función es enfriadora y recomienda... ¡prescindir de ellos! según ella el calcio de la dieta se puede garantizar con vegetales, frutos secos y alimentos integrales) y los alimentos congelados o que se comen fríos (helados, ensaladas, etc.). Para generar calor interior recomienda sustituir las ensaladas por purés y cocinar bien los alimentos y cito textualmente: "El calor interior se genera cuando se comen alimentos calentadores como granos integrales, legumbres, frutos secos, verduras aderezadas con hierbas y condimentos apropiados y cocinados con tiempo, con cocciones largas, al vapor o presión. Un estofado de verduras refuerza y calienta el interior del cuerpo, además de realzar el sabor dulce de los vegetales. Para ello, se ha de mantener la llama a fuerza media-baja, con tapa, entre 30 y 45 minutos". Vaya tela. No sé por dónde empezar a rebatir todo esto sin que me dé una taquicardia.

Fue Hipócrates, en la Antigua Grecia, el que afirmó que el cuerpo humano consta de cuatro sustancias básicas (bilis negra, bilis, flema y sangre), llamadas humores cuyo equilibrio indica el estado de salud de una persona. Así, todas las enfermedades y discapacidades resultarían de un exceso o un déficit de alguno de estos cuatro humores. Cada humor estaba identificado con una cualidad: la sangre era templada y húmeda, la bilis era templada y seca, la bilis negra era fría y seca y la flema fría y húmeda. Cuando había un desequilibrio en el que predominara alguna de ellas se combatía con la alimentación que contrarrestara lo que aportaba ese humor (comidas frías, calientes, especiadas, etc.) pero desde Hipócrates ha llovido mucho.

En la época actual (siglo XXI) seguir considerando esto me parece una locura. Puedo llegar a comprender que se desechen de nuestra dieta alimentos muy especiados por la flatulencia que pueden originar (lo del frío sigo sin comprenderlo) pero olvidar alimentos como los lácteos, las frutas tropicales y los refrigerados y/o congelados es una aberración. Es muy difícil en una dieta sin lácteos llegar a los requerimientos de calcio que necesita un adulto. Con la tabla de composición de alimentos en la mano habría que tomar 1 kg de cacahuetes todos los días (5810 kcal), 4 kg de arroz integral (13280 kcal) o 2 kg de judías verdes (500 kcal) para cubrir los 800 mg diarios que necesita un adulto de calcio al día, imaginad una mujer en la menopausia (necesitaría 1200 mg de calcio/día). Sobra decir que esto es inviable no solo porque las cantidades son imposibles de consumir y la energía se nos dispara sino que para más inri estos alimentos son muy ricos en fibra que atrapa los minerales (sí, el calcio también) así que después de tomar estas cantidades industriales de alimento descubriríamos que la absorción de calcio (por el exceso de fibra) se ve reducida como mínimo al 75%, pero bueno, no pasa nada, comemos otros cuantos kg más de arroz integral y listo.

Respecto a lo de las frutas tropicales no me voy a enrollar mucho. Todos sabemos la cantidad de vitaminas, de fibra y de agua que aportan y precisamente se llaman tropicales porque crecen en esos climas y en esas épocas donde más se necesitan.

Por último (y voy a dejar ya de escribir porque mi enfado está aumentando por momentos), cuando esta "experta" habla de las técnicas culinarias le pone la guinda al pastel. Precisamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años recomendando en sus guías nutricionales y pirámides que las frutas y las verduras se consuman al menos una vez al día en crudo debido a que con la cocción se pierden la mayoría de las vitaminas, así que cocinando 30-40 minutos el estofado de verduras podrá estar buenísimo pero lo único que quedará de las verduras será el color verde. Si una persona que enferma frecuentemente, para generar calor interior sigue estas recomendaciones probablemente agravará su estado de enfermedad.

Para generar calor interior (si es que vuestro cuerpo no lo genera, aunque ya os digo de antemano que es un mal muy poco frecuente) lo mejor masticar bien, comer cada dos horas en pequeñas raciones para mantener constantemente al organismo con la generación de calor propia de la digestión y practicar mucho deporte que aumenta la irrigación y por consiguiente la generación de calor. En última instancia, una mantita nunca viene mal y así ahorramos energía. Yo voy a seguir con mis comidas y cenas frías que por ahora no me va mal.

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