martes, 13 de marzo de 2012

La moda, una cuestión de peso

Cuando hablamos de moda nos referimos a una serie de costumbres que incorpora la sociedad durante un tiempo en una determinada región. A este escrutinio no sólo son sometidas prendas de vestir o peinados de toda índole sino que desgraciadamente las personas también nos vemos afectadas: color de piel, color de ojos, de cabello, rasgos faciales y, como no, el peso corporal.


No tenemos que retroceder mucho en el tiempo para cerciorarnos de este cambio , solamente hay que ver algún episodio antiguo de alguna serie famosa para constatar esta evidencia: éxitos juveniles como "7 vidas", "Compañeros", "Al salir de clase" o incluso una más reciente "Aquí no hay quien viva" nos muestran que a los pibones de la época hoy las vemos como atractivas curvilíneas pero no como referencias a seguir.

Si seguimos retrocediendo nos encontramos con la sex-symbol por excelencia, Marilyn Monroe, deseada por muchos y envidiada por muchas a la que si analizamos concienzudamente basándonos en los cánones de belleza actuales nos encontramos que con su talla 42 y su escaso tono muscular hoy en día se encontraría bastante lejos de ser la mujer más sexy.


Podemos irnos más atrás, allá por el siglo XV, cuando Sandro Botticelli pintaba a sus musas, siendo éstas un modelo de referencia en las mujeres de la época: voluptuosas, blancas de piel, de carnes flácidas, con marcada celulitis y acentuadas caderas que resaltaban su feminidad. Mujeres a las que hoy se les consideraría con sobrepeso y que estarían abocadas a la frustración a la hora de ir de tiendas o de hojear una revista de moda.


La modelo y diseñadora gráfica Anna Utopia Giordano ha ido un paso más allá y ha sometido a estas divas a una estricta dieta de Photoshop con el objetivo de trasladar esta gran obra al siglo XXI. El resultado es un tanto inquietante y la polémica se ha desatado en Internet aunque en mi opinión este trabajo solamente representa lo que se ve habitualmente en televisión... entonces, ¿por qué nos escandalizamos? Esta es la realidad de muchas mujeres que nos dedicamos a perseguir a diario unos cánones de belleza que no son reales y que poco a poco nos van convirtiendo en sujetos andróginos con abdominales definidos y pechos voluptuosamente siliconados sin percibir algo de lo que en algún momento pudo ser una mujer.

Lo mejor de todo es que luego nos escandalizamos cuando descubrimos que cada vez hay más adolescentes y comienzan antes a padecer trastornos del comportamiento alimentario. Mientras se nos siga bombardeando con el peso perfecto y no con el peso saludable me temo que esta batalla estará perdida.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en gran parte del artículo. A la mayoría hombres les sigue atrayendo más la curva, eso está demostrado. Pero, en mi opinión, una mujer (u hombre) con carnes flácidas y celulitis no es para empezar un síntoma de estar sano y ni mucho menos señal de llevar unas costumbres saludables y eso, al fin y al cabo, es una falta de belleza.
    Las modas cambian con los tiempos. Probablemente en la Ilustración del s. XV considerarían el actual "canon" de belleza como el de una campesina, harta de labrar el campo, de cuerpo fibroso por el trabajo y piel tostada por el Sol, delgada por falta de una alimentación equilibrada...te suena de algo el prototipo?
    En cambio una mujer entrada en carnes, que comía en exceso, que tenía piel blanca porque no le daba el sol, carnes flácidas porque no trabajaba era el ideal de mujer. Pero...era una persona sana? No, probablemente igual que la actual "campesina del siglo XXI".
    Conclusión? Como siempre en el término medio está la virtud. Y sobre todo...gozando de buena salud se goza de belleza.
    Congrats por la entrada!

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  2. En la entrada solamente he querido plasmar la evolución de estos patrones de belleza, por lo que estoy totalmente de acuerdo con tu comentario: término medio y, añado, a la buena salud física también salud mental y autoestima alta. A veces nuestros peores críticos se encuentran dentro de nosotros mismos.

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